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.Nace en la ciudad italiana de Pesaro el 29 de Febrero de 1792.
Su padre tocaba la trompa y su madre cantaba en compañías de ópera ambulantes. Ya desde muy joven Rossini mostró grandes aptitudes musicales. Su padre le enseñó los rudimentos básicos de la música hasta que a los doce años tuvo su primer maestro “oficial”,  a su ingreso en el Conservatorio de Bolonia. Un año después ya ganaba su primer sueldo cantando en las misas, puesto que poseía una bella voz de soprano y un carácter afable y vital. Los progresos de Rossini son muy rápidos: a los diecinueve años ya es director de orquesta y en 1810 compone su primera ópera, El contrato matrimonial. A partir de ese momento se suceden un sinfín de éxitos en la vida de Rossini: primero en su Italia natal y posteriormente en toda Europa, con óperas como el Barbero de Sevilla y
La Cenicienta. En 1820 la suerte sonríe a Rossini. Primero contrae matrimonio, tras un largo noviazgo, con Isabella Colbrán, cantante que será protagonista de algunas de sus óperas. Más adelante es requerido en Londres y París donde trabaja para los teatros y la realeza. Rossini era un compositor prolífico que trabajaba con una velocidad inusual (¡escribió la ópera El Barbero de Sevilla en….trece días! ).
Tras componer
Guillermo Tell decidió retirarse como compositor de óperas. Había ganado y acumulado tal cantidad de dinero que podía permitirse el lujo de abandonar la composición y dedicarse a una de sus grandes pasiones: la cocina. ¿Quién no ha probado unos canelones “Rossini”?
 En los últimos años de su vida reside en París y, aunque su estado de salud es frágil, aún tiene fuerzas para componer algunas piezas para ser interpretadas en recitales de carácter privado. En 1868 fallece en su casa de Passy, cerca de París.

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